Estrenada: Del 1 al 4 de Febrero de 2018 en el Teatro Principal de Zaragoza.
LA OBRA:»El Criticón» a partir de la novela de Baltasar Gracián
La Idea
Asumir el reto de llevar a escena El Criticón es un objetivo tan estimulante como complejo. Un reto que surge de una premisa: pensar que esa época no es tan distinta a la nuestra y que su pensamiento, y por tanto su literatura, nos desvelan no sólo la realidad de entonces sino la nuestra.
Después de habernos embarcado con la puesta en escena de una obra poco conocida de Lope de Vega como La vengadora de las mujeres, de haber sabido convertir en lenguaje teatral El Buscón de Quevedo (trasladado como monólogo) o El licenciado Vidriera de Cervantes, (contado como ñaque de dos actores)… después de reformular La vida es sueño de Calderón, tampoco es tan extraño que nos dé ahora el delirio de reescribir otra de las obras cumbres del barroco, la célebre novela de Gracián, para ponerla en escena.
Quizás también porque sentimos el empecinamiento de Gracián como nuestro, y nos reímos con ese sentido del humor. Quizás también porque las alegorías de Gracián nos enlazan con los caprichos de Goya y el surrealismo de Buñuel. Y sentimos que todos ellos nos describen la realidad escapando de ella y son clarividentes en la crítica, permitiéndose la fantasía y el delirio.
Alucinemos pues y pensemos que Baltasar escribe para el hoy, para que cabalguemos con sus imágenes como refugiados contemporáneos que contemplan una sociedad decadente y tremebunda que debe ser denunciada desde la modesta tribuna de un escenario..
VÍDEO PROMO
DOSSIER DEL ESPECTÁCULO
INFORMACIÓN DE LA OBRA
En la fiesta del embajador Salastano aparecen por sorpresa dos extraños viajeros: Andrenio y Critilo. El primero ha crecido entre fieras en una isla despoblada, el segundo le sacó de allí y le conduce por toda Europa en busca de su madre: Felisinda. Ambos deberán sobrevivir a las burlas, tentaciones y trampas que les ofrece esta sociedad europea perfecta reunida en torno al embajador. Argos, Volusia, Egenio y Virtelia son los amigos de Salastano y las diferentes caras de un mundo tan civilizado que no sabe como escapar de sí mismo.
Publicada en tres partes y considerada como la obra maestra de su autor y como una de las cumbres de la narrativa filosófica española, junto al Quijote y La Celestina, El Criticón recoge y amplía toda la obra anterior de Gracián en forma de ficción novelesca. Se la considera como la obra cumbre del conceptismo barroco español y adopta la forma de una gran alegoría, una gran epopeya moral, en la que se unen desengaño, sátira social y una visión pesimista del mundo.
Todo lo que más importa
no se conoce cuando se tiene
ni se estima cuando se goza,
y después, pasada la ocasión,
se suspira y se desea.
No hay cosa más pesada que una verdad no pensada.
La acción de nuestra adaptación de El Criticón transcurre en el interior de una misteriosa Embajada Occidental y cuenta lo que sucede con la llegada a la misma de Andrenio y Critilo, dos hombres embarcados en una larga búsqueda. Lo que en principio ha de ser una velada de acogida solidaria y fraternal va enredándose en un laberinto de apariencias, falsas verdades, conciencias culpables y crímenes sin castigo que poco a poco desvelan el verdadero carácter de los miembros de la Embajada.
La tela de araña que los Residentes de la Embajada van tejiendo en torno a Andrenio y Critilo está fabricada a partes iguales de ingenio, suspense, ironía expectante, música en directo, canciones, movimiento, en busca de un espectáculo total que atrape en sus redes no solo a la pareja protagonista, sino también al espectador.
El Criticón constituye una metáfora teatral sobre una sociedad que se descompone, atrapada en sus propias contradicciones, y a la que solo salva del hundimiento definitivo sus rituales y sus ceremonias.
Para construirlo nos hemos apoyado referencialmente no sólo en el propio texto de Gracián sino en referencias más contemporáneas como son las películas El ángel exterminador de Buñuel o La gran belleza de Sorrentino.
¡Oh vida, no habías de comenzar,
pero ya que comenzaste no habías de acabar!
Con una estructura cercana al thriller, a un juego de enigmas que van siendo progresivamente desvelados, El Criticón lleva de la mano al espectador, a través de la acción, que transcurre en tiempo real, y de los intentos de los Residentes por conseguir que Andrenio y Critilo no vuelvan a salir nunca de la Embajada.
¿Por qué? ¿Quiénes son realmente los Residentes? ¿A qué o a quién buscan realmente Andrenio y Critilo?¿Qué secreto terrible guarda la Embajada entre sus paredes?
El conflicto entre lo que es verdad y lo que parece verdad, entre la inocencia y la culpabilidad, entre el pasado y el futuro, entre ética y realidad, aparecen en este Criticón debajo de su primera capa cargada de suspense e ironía, y afilan la tesis sobre la que se sustenta toda la obra: la Redención es posible.
Imágenes de la obra
Baltasar Gracián.
(Calatayud, 1601-Tarazona, 1658) cultivó la prosa didáctica y filosófica. Forjó un estilo construido a partir de sentencias breves, muy personal, denso, concentrado y polisémico, en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre éstas y las ideas. El resultado es un lenguaje lacónico, lleno de aforismos y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
El pensamiento de Gracián es pesimista. El mundo es un espacio hostil y engañoso, donde prevalecen las apariencias frente a la virtud y la verdad. El hombre es un ser débil, interesado y malicioso. Todo ello le ha valido a Gracián ser considerado un precursor del existencialismo y de la postmodernidad.
Hijo de un funcionario, estudió en un colegio jesuita de Calatayud y en la Universidad de Huesca, tras lo cual ingresó, en la Compañía de Jesús. En Zaragoza fue nombrado confesor del virrey Nochera, a quien acompañó a Madrid. Después de una corta estancia en Navarra con el virrey, ambos se dirigieron a Cataluña para sofocar una revuelta donde Nochera murió violentamente. Ejerció por un tiempo de secretario de Felipe IV, tras lo cual fue enviado, en parte como castigo de la Compañía por sus ideas y escritos, a combatir contra los franceses en el sitio de Lérida.
El criticón, apareció en 1651, firmada por el anagrama García de Marlones, disimulo que no pudo evitar el agravamiento de sus problemas con los jesuitas. Poco después se trasladó a Zaragoza como catedrático. De carácter orgulloso, y mucho más hombre de letras que religioso, Gracián optó por desobedecer de nuevo a la jerarquía y publicó las partes segunda y tercera. Se le castigó a pan y agua, se le desposeyó de la cátedra y se le desterró a Graus. Parcialmente rehabilitado, se instaló en Tarazona donde murió.
Su obra:
- Obras completas
- El Héroe (1639)
- El Político don Fernando el Católico (1640)
- Arte de ingenio. Tratado de la agudeza (1642)
- El Discreto (1646)
- Oráculo manual y arte de prudencia (1647)
- Agudeza y arte de ingenio (1648)
- El Criticón
- El Comulgatorio (1655)
- Escritos menores
Retrato de Baltasar Gracián conservado en Graus.
La vida es sueño, estrenada en noviembre de 2016 en el Teatro Principal de Zaragoza es nuestra más cercana referencia a la hora de acometer El Criticón. Como en esa ocasión partimos del clásico para alentarlo con sabia nueva, buscando un espíritu contemporáneo con el cual llevarlo a escena.
Como en aquella ocasión, nuestra versión busca combinar el respeto de la esencia y la letra del original con una novedosa resituación escénica. Creemos que las joyas literarias que son, deben ser trasformadas para convertirse en la materia escénica que van a ser. Por eso intervenimos en el texto para favorecer el ritmo dramático y clarificando desde una óptica contemporánea algunas metáforas.
La idea es facilitar la materia prima del actor, para que, respetando el rico verbo barroco, exprese su contemporaneidad y llegue nítido al espectador de hoy haciendo del clásico., como ocurre con los auténticos clásicos, una propuesta vigente.
La vida es sueño sigue en estos momentos su trayectoria con muy buena acogida y está presente en numerosos e importantes festivales de teatro clásico como Cáceres, Olmedo, Olite, Sagunto y Almagro. Además de en programaciones regulares de importantes teatros nacionales o en lugares de prestigio como el Festival Don Quijote de París.
Dirección Carlos Martín
Dramaturgia Alfonso Plou,
José Luis Esteban y Carlos Martín
Producción María López Insausti
Escenografía Tomás Ruata
Iluminación Tatoño Perales
Vestuario Ana Sanagustín
Caracterización Langas Estilistas
Música Gonzalo Alonso
Fotografía Marcos Cebrián
Diseño Gráfico Línea Diseño
Equipo de producción Pilar Mayor y Alba Moliner
Técnico en gira Antonio Fdez. Garza
REPARTO:
Critilo José Luis Esteban
Andrenio Alfonso Palomares
Salastano Félix Martín
Virtelia Minerva Arbués
Egenio Francisco Fraguas
Volusia Encarni Corrales
Argos Yesus Bazaan
Músico Gonso Alonso
LOS PERSONAJES
Andrenio fue abandonado nada más nacer en una isla desierta, criado por las fieras que la habitaban. Critilo naufragó años más tarde en esa misma isla, educó a Andrenio, y juntos se embarcaron en una larga búsqueda. Los dos son dos peregrinos, searchers no solo de una mujer, sino de ellos mismos, de su pasado y su futuro.
Prestamista y banquero francés, de ascendencia judía, que en pleno siglo XVII intentó medrar en la Corte Española, necesitada de músculo financiero para sostener el inmenso aparato político militar de un imperio que se desencuadernaba.
Comenzó sus actividades en su Lille natal. Sus métodos eran tortuosos e implacables: concedía, por ejemplo, un préstamo a un artesano para ampliar su taller. A continuación, saboteaba sutilmente el negocio del artesano, ahuyentando a la clientela y provocando pequeños accidentes que exigían reparaciones, impagos y un nuevo préstamo, del que el artesano respondía con todo su patrimonio…. que poco a poco iba pasando a manos del implacable Egenio.
Se presentó en la Corte española como un lejano y próspero pariente de la familia Rotschild y comenzó a reproducir, a mayor escala, el mismo esquema que en Francia. Su trayectoria culminó con el caso Retamar. Francisco de Retamar era dueño de un astillero con el que la Corona concertó la construcción de una docena de buques de guerra. La operación requería un gran aporte de capital inicial, y Egenio fue el encargado de financiarla….. y de darla al traste, saboteando los trabajos y enredando a Retamar en un laberinto de ampliaciones de crédito, demoras y provisiones de liquidez que terminaron con la ruina de Retamar y de su astillero. Los barcos nunca fueron entregados. El dinero de la contrata desapareció entre la ruina de Retamar. El nombre de Egenio no figuraba en ningún papel oficial. Su ansia de dinero y su despiadada avaricia, camuflada en el trato personal bajo una máscara de servilismo casi insignificante, llamaron la atención de la Inquisición, que empezó a remover el origen de su linaje.
Francisco de Retamar, arruinado y desposeído, se suicidó después de envenenar a su mujer y a sus cinco hijos.
Egenio desapareció justo antes de que se promulgara una orden de detención a su nombre.
Nunca más se ha vuelto a saber de él.
Nacida en Calaforno, un pequeño pueblo siciliano, a mediados del siglo XIX. Hija menor de una familia dedicada al cultivo de la vid. Su madre, Francesca, murió en el parto. Volusia mantuvo siempre con sus dos hermanas una relación hostil y envidiosa, compitiendo por la atención de su padre, Salvatore, un hombre desbordado por las obligaciones de un negocio que a duras penas daba para mantenerse.
A los doce años, la hermana mayor, Syrenia, apareció ahogada en la fuente donde rellenaba los cántaros de agua. A los trece, Medusia, la mediana, murió degollada en un extraño accidente con unas tijeras de podar, en el cobertizo. Tras la muerte del padre, intoxicado por un guiso de setas, Volusia lo vendió todo y se trasladó a la capital romana, en plena ebullición nacionalista.
Quiso ser actriz y se enroló en la compañía del famoso actor Andro Shciafarelli. Cuando Shciafarelli enviudó, dos años más tarde, Volusia se casó con él y ascendió al grado de primera actriz. Poco después conoció a Enrico Morante, el famoso ayudante de campaña de Garibaldi. Enrico estaba casado con la bellísima Rosana Marqui, pintora, escritora, periodista y feminista. Los dos eran la encarnación del joven espíritu nacional italiano: enérgicos, brillantes, apuestos, llenos de futuro. Volusia se hizo amiga de Rosana. Empezó a imitarla en el vestir, en la manera de hablar, en la soltura sofisticada que desprendía. Tras la muerte de su marido, el actor Schiafarelli, a causa de unas extrañas fiebres, Volusia invitó a Rosana a una pequeña travesía en velero por el Adriático, mientras Enrico conquistaba con Garibaldi la unidad de Italia. Rosana nunca regresó. Cayó por la borda durante una terrible tormenta, declaró Volusia, que transmutada en un doble casi perfecto de la difunta Rosana, se acercó al viudo Enrico, lo consoló y al poco tiempo se comprometió con él.
Entonces alguien descubrió que las fiebres que habían matado al actor Schiafarelli habían sido provocadas por una prolongada ingestión de mercurio, y se empezaron a atar cabos en la mortal biografía de Volusia, que huyó justo antes de ser detenida, a bordo de su velero, desde el puerto de Nápoles, con dirección desconocida. El velero apareció semanas después, desarbolado y vacío, en la costa siciliana. El cuerpo de Volusia nunca se encontró.
No hay unanimidad con respecto a su fecha de nacimiento. Una anotación casi ilegible en el registro de la Iglesia de Würzburg, en Alemania, datada en 1626, habla de la adopción, por parte de un matrimonio sin hijos, de una niña hallada en un pequeño cesto a las afueras del pueblo. Quisieron bautizarla con el nombre de Virtelia, pero el agua bendita rompió a hervir espontáneamente en cuanto se la acercaron a menos de un palmo, haciendo imposible la ceremonia.
Durante la caza de brujas desencadenada en Alemania a mediados del siglo XVII, aparece en numerosos lugares predicando fogosamente contra los herejes y las brujerías, y encabezando numerosos autos de fe. Fueron muy conocidos sus remedios y pociones, que sanaban las heridas de los soldados en un tiempo recórd. No se consiguió demostrar que los terribles efectos secundarios que provocaban (náuseas, delirios, insomnios, incluso suicidios) tuvieran relación directa con alguna intención demoníaca.
Perdió el ojo derecho en un duelo con su viejo enemigo, el conde de Westfallen, al que había acusado públicamente de acostarse con su hija Eve, de once años. El conde siempre sostuvo que fue la propia Virtelia la que, a través de un bebedizo, le anuló el juicio y lo obligó a realizar actos contra natura. El conde, por cierto, murió a los pocos minutos del duelo. Un ligero rasponazo producido por el florete de Virtelia se le pudrió en menos de lo que se tarda en contarlo. Los testigos contemplaron espantados el avance implacable de la pudrición por el interior del conde hasta comerlo por entero.
Los tentáculos de Virtelia se extendieron por gran parte de la convulsa geografía alemana del XVII. Fue martillo de herejes, doctora en todo tipo de remedios, agitadora de conciencias, espía doble y hasta triple, y sobre todo una manipuladora insaciable de vidas, estados de salud y conciencias.
Una mañana de agosto de 1696, el sabueso de un cazador bávaro desenterró los huesos de un recién nacido en el jardín que Virtelia poesía en su casa de Würzburg. La investigación posterior descubrió los restos de once neonatos más. Sometida a tormento, Virtelia confesó que todos los restos encontrados eran de sus propios hijos, a los que dio a luz en secreto y ejecutó en el acto para extraer de ellos los fluidos esenciales para sus preparados. Condenada a la hoguera, desapareció de su celda horas antes de la ejecución tras un inexplicado desmayo de sus carceleros.
Originario de la provincia de Huesca, nacido en 1558, hijo único y heredero de una rancia familia aragonesa venida a menos. Desde muy pequeño muestra inclinación por sus dos grandes pasiones: los autómatas mecánicos que reproducían la imagen del hombre, de los que su padre era coleccionista, y la diplomacia, capaz de manejar el destino de las naciones.
Consiguió entrar como aprendiz en el taller de Juanelo Turriano, uno de los primeros creadores de autómatas españoles. El afán de Salastano, hombre campechano, buen conversador y extraordinario ventrílocuo era, según sus propias palabras, «contribuir a la creación de un orbe donde la perfección mecánica mejore la débil naturaleza humana «.
En 1591 su nombre aparece involucrado en el episodio de las Turbaciones de Aragón. Se le relaciona con el misterioso suceso acaecido la noche del 25 de mayo de 1591, cuando el preso Antonio Pérez, símbolo para los zaragozanos de rebelión contra los impulsos centralistas de Felipe II, se aparece simultáneamente en varias plazas y cenáculos zaragozanos, enardeciendo hasta el frenesí a la adormilada población. Salastano fue señalado como autor de esa singular ubicuidad, atribuida a varios seres mecánicos, pero su responsabilidad nunca pudo ser demostrada.
El conde de Valladares, responsable de la seguridad de Felipe II, lo acusó de conspirar para hipnotizar al monarca y sustituirlo por un autómata, réplica exacta del rey. La acusación no se pudo demostrar y el conde de Valladares murió al poco, de un colapso, después de pasar la noche con una enigmática espía alemana, famosa por llevar el ojo derecho tapado con un parche.
Presa de una creciente obsesión por el manejo del alma humana, Salastano se instaló en una isla del Mediterráneo Oriental, donde instauró la Embajada del Mundo Realmente Libre, diseñada para acoger todo tipo de refugiados y convertirlos en ciudadanos de su delirante Embajada, poblada de artificios, ingenios y autómatas. Ignoró las advertencias de los gobiernos occidentales, alarmados por los crecientes testimonios que alertaban de que todo aquel que entraba en la Embajada no volvía a salir ni a ser visto.
Finalmente, dos fragatas enviadas por el rey de España bombardearon la Embajada una mañana de agosto de 1713. No se encontró a nadie bajo los escombros. Ningún asentamiento humano ha vuelto a prosperar en la isla.
Aunque intentó por todos los medios ocultar sus verdaderos orígenes, Argos nació en un pequeño poblado de Lancashire, hacia 1630, hijo de una humildísima familia de agricultores.
Entró como novicio en la Abadía de Wisesunrise, donde fue instruido en literatura clásica, latín, griego, teología y mitología. Fascinado por el mito de Icaro, y dominado por un afán incansable de superar lo estrecho de sus orígenes, Argos empezó a desarrollar una teoría según la cual el Sol ha suplantado la autoridad de Dios, convirtiéndose en un artífice supremo de la Creación y sojuzgando al príncipe hombre, obligándolo a agachar la mirada ante su presencia.
Hombre de gran inteligencia, castigado por una hidropesía que le afectaba especialmente a los ojos, se trasladó a Francia a predicar su nueva fe. Sus contactos con los más célebres pensadores, artistas y políticos de su tiempo le granjearon una animosa sabiduría, y su intachable y rigorista moral cristiana lo ponían a salvo de las acusaciones de superchería que comenzaban a rondarlo.
Convencido de su trascendencia como apóstol revelador de la verdadera fe, se traslada a la Corte de Luis XIV, el rey Sol, a quien ofrece sus conocimientos en filosofía solar. Durante esta época son numerosos los testimonios de pensadores y artistas que acusan a Argos de apropiarse de sus ideas, inventos y razonamientos, para luego hacerlos suyos en los cenáculos del Rey. Su reputación, ambigua y líquida, aumenta al mismo ritmo que sus enemigos, y llega al extremo de ser nombrado confesor del confesor del Rey.
Mes de julio de 1670. Una mañana radiante. Durante una recepción en los jardines de Versalles, Argos convence al rey para realizar un pequeño juego: ver quién de los dos es capaz de mirar más tiempo, frente a frente, al astro rey. Luis XIV finge aceptar, Argos se pone a mirar al sol directamente, y entonces el monarca ordena su detención inmediata, bajo la acusación de sedición, por no reconocerle a Él mismo, Rey Sol, como astro rey. Argos fue atado a una estaca, desnudo de cintura para arriba, su cabeza sujeta con la cara orientada directamente al sol, y sus párpados cosidos a las cejas.
Fue dado por muerto dos días después. Su cuerpo desapareció la noche siguiente. Nadie sabe qué fue de él.
Autómata músico, fabricado a principios del siglo XVIII por el diplomático Salastano en su Embajada del Mundo Realmente Libre. Quirón fue una maravilla de la artesanía mecánica, capaz de interpretar más de 3000 melodías distintas merced a su sofisticado mecanismo de ruedas dentadas, poleas y engranajes, ocultos debajo de una piel y un armazón de apariencia asombrosamente humana, cuya fórmula secreta Salastano siempre se negó a revelar.
Su precisión melódica, su rítmica cadenciosa, su ágil dinámica y sobre todo sus prodigiosos reflejos musicales le granjearon una fama casi legendaria. La expresión «Hazte un Quirón» se hizo famosa entre los músicos palaciegos que amenizaban las veladas cortesanas. Uno de ellos, Gonzalve Alonso, compositor y luthier portugués, protagonizó un gran escándalo cuando afirmó ser el auténtico dueño de la clave mecánica musical utilizada para construir a Quirón.
Según su denuncia, la clave le fue sustraída, a instancias de Salastano, por un banquero francés que lo engañó al ofrecerle financiar el desarrollo de misma, y convertirla en un sistema revolucionario de reproducción musical casera, mucho antes de los fonógrafos. El supuesto banquero, afirmó Gonzalve, se llamaba Egenio. Nadie logró encontrarlo.
La demanda del luthier nunca fue atendida. Pasó el resto de sus días como músico acompañante de una caravana de cómicos, en algún lugar de ninguna parte.
Entre los papeles de Gonzalve Alonso se encontró un ejemplar de la Divina Comedia con un pasaje marcado y subrayado. En él se desvela el nombre del guardián del séptimo círculo del infierno.
Se llama Quirón.
Selección de críticas del estreno en Zaragoza
claro, sin faltarle unos toques de humor ácido. El montaje de El Temple cuenta con el valor añadido de rendir homenaje a ciertas obras maestras del cine.” Santiago Gascón – Heraldo de Aragón.
– “La puesta en escena tiene ritmo, capacidad para sorprender y sentido de la oportunidad; es visual, juega con los objetos, los elementos escenográficos y con los agrupamientos, componiendo cuadros escénicos de estimable valor estético. Un acierto la música en directo, los números musicales y la marioneta de Salastano. Hay un buen trabajo interpretativo. Gestual. Exigente.Notable en su conjunto.” Joaquín Melguizo – Heraldo de Aragón.
– ” La versión realizada por José Luis Esteban tiene un enorme mérito porque ha conseguido desgranar y resumir en hora y media la visión filosófica del mundo que elabora Gracián en su obra bajo la forma de una gran epopeya moral. A través de un meritorio malabarismo compositivo se mantienen la invención y el didactismo, la erudición y el estilo literario del autor, el desengaño filosófico y la sátira social que salpica toda la acción…Todo el elenco funciona con enorme conjunción, en un derroche de comicidad combinada con la ironía y el sarcasmo.” Francisco Javier Aguirre – Zaragoza Buenas Noticias.
-“Una metáfora de la sociedad, con un cierto toque nihilista, que tanto entonces como ahora se configura como una sociedad que se descompone, donde la corrupción, el mal y el poder van dañando la conciencia, el alma y el espíritu hasta hacerla desaparecer, que José Luis Esteban ha llevado a un contexto intemporal aplicable a cualquier momento, pasándolo por el velo de la comedia e incluso, en cierto modo, el musical…Un buen punto de partida, música en directo que ameniza la velada, canciones “pegadizas”, un texto excepcional y unas interpretaciones maravillosas, junto con una puesta en escena donde el mobiliario y los ventanales cobran una vida y una importancia sorprendente para el espectador… una buena opción, sin duda, para disfrutar de una noche de teatro, que además es de las que “dejan poso”. Patricia – Perdida en los teatros- Blog
Antes del estreno en Zaragoza
Ponencia sobre "El Criticón" de Jesús Ángel Arcega Morales
Dicho Seminario acaba de publicar sus actas (con mi estudio más detallado de su adaptación) y es por ello, que es ahora cuando les hago llegar mi trabajo, que, desgraciadamente, por la limitación de tiempo solo logra transmitir mínimamente toda la riqueza que su adaptación teatral ofrecía.
Para mí fue un orgullo hablar de una compañía aragonesa como la suya en Madrid y tal y como hice durante mi ponencia, quiero manifestar mi agradecimiento a toda la compañía por facilitarme el texto y por su trabajo en las artes escénicas durante todos estos años.
Jesús Ángel Arcega Morales
Serie: XXVIII Seminario Internacional del SELITEN@T. Teatro y filosofía en los inicios del siglo XXI
Jesús Ángel Arcega Morales I.E.S. Segundo de Chomón, Teruel / SELITEN@T