El espectáculo, estrenado en diciembre de 2009 ha girado por diversos Circuitos y Festivales de Teatro Clásico como el de Alcalá de Henares y ha hecho temporada en el Teatro Fernán Gómez de Madrid y en el Teatro del Mercado de Zaragoza. Teatro del Temple ha trabajado en numerosas ocasiones con textos clásicos tanto del Siglo de Oro como del Siglo XX. Así han surgido espectáculos como Macbeth & Lady Macbeth o Sonetos de amor y otros delirios, sobre obras de William Shakespeare; y también La vengadora de las mujeres de Lope de Vega. Entre los clásicos contemporáneos españoles hemos puesto recientemente en pie Luces de Bohemia de Valle-Inclán y El Públicode Lorca. En todos estos casos hemos sido respetuosos con la esencia y la letra del texto de partida, para acabar realizando una lectura contemporánea sobria, pero comprometida y eficaz.
El licenciado vidriera de Don Miguel de Cervantes nos supone otro reto de esas características. Es una de las Novelas Ejemplares del manco de Lepanto más conocidas y valoradas; un brillante ejercicio entre la novela picaresca y los ecos de Don Quijote de la Mancha. El protagonista (ese Tomás Rodaja que se construye a sí mismo a través del estudio, los viajes y el afán de aventura) se verá convertido en un personaje público a través de su locura (creerse un hombre de cristal), para acabar fracasando como leguleyo al recuperar la cordura. En este periplo vital, contado con liviandad y desparpajo por Cervantes, veremos desfilar una descripción detallada, irónica y crítica de la sociedad del momento. Una definición social donde no dejan de sorprender los ecos que aún se escuchan con la sociedad española actual.
Nuestra adaptación está construida como un “ñaque contemporáneo”, la historia a contar y a personificar a través de dos actores. Siendo uno de ellos el conductor de la historia, como alter ego del propio Cervantes y personificador de una serie de figuras que van apareciendo por la historia; y siendo el otro, el protagonista de la fábula que a veces arrastra y a veces se ve arrastrado por la misma.
A través de este “toma y daca” actoral es puesta en escena la práctica totalidad de la breve novela; con una sencilla adaptación donde conviven con fluidez lo narrativo con lo dialogado, y la situación jocosa con la reflexión profunda. Todo ello contado a través del hermoso y rico lenguaje cervantino.