Críticas a Fin de partida
El complejo mecanismo de la desolación
Teatro del Temple aporta siempre un rasgo de calidad y de ambición. Este grupo, forjado día a día a través del rigor y la vocación, es casi un fijo. (…)
En Fin de partida, de Samuel Beckett, importa, sobre todo, el asfixiante progreso de un diálogo inclemente y la capacidad para dar a la palabra su dimensión dramática. (…) Cosa de dirección (Carlos Martín) y de interpretación. Ricardo Joven y José L. Esteban encarnan con expresiva austeridad el infierno de dependencias (amo y criado), humillaciones y sinsentidos que une a Hamm y a Clov, atados por una fuerza superior a sí mismos que los aniquila y, a la vez, vivifica.
En Samuel Beckett no hay palabra gratuita ni gesto superfluo. En esta función, con un Ricardo Joven notable, tampoco.
Javier Villán, El Mundo, 27/03/07, ***
La vida en el vacío
La puesta en escena construye un clima que encierra ese mundo vacío y frío en el que sobreviven los últimos representantes de la especie humana. Un acertado uso del ritmo refuerza esa sensación circular (…) perfectamente marcada con cambios en la iluminación y la música.
Un gran trabajo actoral. Personajes con un rico mundo interior, que es puesto ante los ojos del espectador gracias a una interpretación llena de matices, que trasmite y conecta.
Joaquín Melguizo, Heraldo de Aragón, 7/12/06, ****
Al vacío
Valga ’Fin de partida’ como solitario homenaje tributado en Guadalajara, que tanto presume de privilegiar al teatro, a ese dramaturgo de textos atemporales y complejísimos llamado Samuel Beckett. Fabricado por Teatro del Temple, compañía de primera categoria especialista en etiquetar montajes de mucha sutilidad, como ya demostrara en la capital alcarreña no hace mucho con ’Buñuel’, ’Lorca’, ’Dalí’.
El mérito de una adaptación tan poco complaciente se debe en gran medida a la dirección. La labor ajustadísima de Carlos Martín se hace notar sobre el escenario. Encima de las tablas, José L. Esteban y Ricardo Joven realizan un buen trabajo. Contenido y eficaz el primero. Más visceral, el papel lo requiere, el líder de la pareja.
Rafael González, lacallemayor.net, 01/12/06